Se tardan 2 horas para ir de Madrid a Londres, 5 horas para un viaje Sevilla-Berlín, también 5 horas para hacer un Bilbao-Ankara, medio día para llegar desde Madrid a Shanghái o desde Barcelona a Sao Paulo, 9 horas un Valencia-Dakar,… Datos que serían impensables hace años son una realidad que tenemos muy asumida hoy en día. Las distancias se acortan y la comunicación juega un papel fundamental para que este progreso siga mejorando.
Cada día vemos idiomas como el inglés que cogen más fuerza en cualquier ámbito. La importancia de saber hablar en público, comprender a tu compañero y empatizar, solucionar problemas, preguntar y resolver, pedir algo,… (Y ¿por qué no? Ligar, incluso) en otros idiomas es un hecho que viene de la mano con la globalización. Hablar otra lengua te permite no solo hablar bien y entender a los locales. No. Hablar y entender un idioma va más allá. Estamos hablando de razonar de forma distinta, pues el lenguaje es la llave de la puerta de la cultura. Por ejemplo: todos sabemos que en el inglés primer se coloca el adjetivo y a continuación el sustantivo y que en el español primero es el sustantivo y después el adjetivo. Una diferencia tan básica nos permite ver cómo una cultura valora más el cómo es la cosa frente a qué cosa es.
Con un segundo idioma conseguimos entender mejor su forma de pensar, sus tradiciones, sus costumbres,…Un elemento indispensable para el viajero ya que además, esta navaja suiza permite moverte por cualquier parte del mundo. Un idioma adicional a la hora de enfrentar una nueva aventura (ya sea desde un viaje o una mudanza a otro país hasta un trabajo) sirve para conectar con otras personas. En otro país que no es el tuyo cosas como pedir ayuda, agua, auxilio o simplemente hablar sobre un tema para sentirte aliviado supone un punto de inflexión para los habitantes de la zona. Al entender, te atienden. Al escuchar el esfuerzo por hablar su idioma, te respetan y te facilitarán el aprendizaje.
Por otro lado, aprender otro idioma supone viajar y descubrir nuevos horizontes. La mejor forma de aprender un idioma es moviéndote a su punto de origen, es decir, convivir cierto tiempo en el país extranjero. Tus habilidades lingüísticas, tu fluidez y tu vocabulario se verán mejorados y ampliados. De esta forma también conseguiremos que ese acento tan distinguible de que eres español o esa sensación de tener miedo a hablar porque puedes equivocarte desaparezca.
Sin embargo se nos olvida la clave de todo esto, la razón principal de aprender otro idioma (sea cual sea). Antes creíamos que el coche era sinónimo de libertad, pero llegan tiempos nuevos. Tiempos en los que el idioma también se añade a la lista de sinónimos de la libertad: COMUNICARSE, conocer gente nueva y experiencias.
Para ayudarnos con ello, están naciendo proyectos muy ambiciosos e interesantes como MyHOSTpitality, una comunidad de aprendizaje colaborativo. En esta comunidad, son los miembros lo que organizan directamente sus estancias e intercambios de idiomas y culturales. El fin es que los miembros tengan la oportunidad de aprender otros idiomas gracias a la convivencia con otros. Ambas partes son las que acuerdan el intercambio o la estancia de acogida como invitado-anfitrión.Lo que diferencia este proyecto de otros, es su modelo colaborativo, y es que al ser los propios miembros los que organizan sus intercambios o estanciaslos costes se pueden abaratar hasta en un 80%. Tiene dos modalidades:
• Intercambio lingüístico: se da entre dos miembros de la comunidad que quieren enviar a un miembro de su familia a aprender un idioma al extranjero mediante la convivencia en una familia nativa, recibiendo, de forma recíproca, a un integrante de dicha familia nativa.
• Acogida lingüística: se da cuando un miembro de MyHOSTpitality ofrece alojamiento (anfitrión) a cambio de poder practicar el idioma nativo de otro miembro de la comunidad (invitado)
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