Sevilla es una de las cinco ciudades más visitadas de España. Esta capital andaluza enamora a todo el que pasa por ella, no solo por su historia y su belleza, sino por la gente y el ambiente que se respira por sus calles. Si solo disponéis de dos días para visitar esta maravillosa ciudad, os dejamos los lugares que, sin duda, no podéis dejar de ver.
Día 1
La Catedral de Sevilla y la Giralda
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, se trata de la tercera catedral más grande del mundo. En ella encontramos la Giralda, uno de los monumentos más conocidos de la ciudad, que en la antigüedad era el Alminar de la Mezquita de la Aljama y que actualmente sirve como campanario de la Catedral. Si deseáis contemplar una panorámica de la ciudad, podéis subir al campanario de la Catedral, aunque prepararos para encontraros a 104 metros de altura. En la Capilla Real de la Catedral, se encuentran enterrados algunos de los reyes que han pasado por España, y también podréis ver la tumba donde se encuentran los restos de Cristóbal Colón. Por último, podréis disfrutar de un tranquilo paseo por el Patio de los Naranjos.
Plaza España y Parque de María Luisa
Es la plaza más conocida de la ciudad, de un estilo mudéjar y con toques renacentistas y barrocos. En ella hay un canal que se puede cruzar a través de cuatro puentes que simbolizan las antiguas coronas de España (Navarra, Castilla, León y Aragón). Tiene elementos decorativos en ladrillo, cerámica y mármol.
No muy lejos, encontraréis el Parque de María Luisa, que abre durante todo el día y cierra a las 10 de la noche y al que podemos acceder gratuitamente.
Torre del Oro
Se encuentra junto al río Guadalquivir y formaba parte de las murallas de Sevilla que defendían el Alcázar de los atacantes. Más tarde se utilizó como capilla, e incluso, como prisión. Actualmente, alberga el Museo Naval de Sevilla.
Barrio de Triana
Cuna del arte, donde se han criado grandes cantaores y bailaores de flamenco como Antonio Canales, Isabel Pantoja o Manuela Carrasco. Antiguamente, era el barrio de los marineros, obreros e industriales. El Puente de Triana lo une con el centro de la ciudad. Dar un paso por el Guadalquivir al atardecer es uno de los grandes placeres que nos da la vida.
Día 2
Real Alcázar de Sevilla
Se trata de un conjunto de palacios protegidos por una muralla. A lo largo de los años, se han ido empleando diferentes estilos en su construcción, comenzando por el islámico y pasando por el mudéjar y el gótico hasta llegar a los elementos renacentistas y barrocos. Una verdadera mezcla de estilos y culturas. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (junto con el Archivo de Indias y la Catedral de Sevilla) en 1987.
El Archivo de Indias
Con más de 9 kilómetros de estanterías, este edificio, creado en la época de Carlos III, reúne toda la documentación de las colonias españolas. Sus documentos tienen un gran valor histórico. Algunos de ellos están firmados por personajes tan conocidos como Cristóbal Colón o Francisco Pizarro.
Barrio de Santa Cruz
Aunque la mayor parte fue derribada para que la ciudad pudiese extenderse, la muralla de Sevilla alcanzaba los 7 km. Una visita por el Barrio de Santa Cruz nos llevará a otra época. Pasaremos por sitios como el Callejón del agua (una calle conocida por lo estrecha que es), por la plaza de Santa Cruz y los Jardines de Murillo, entre otros.
Alameda de Hércules
Es uno de los paseos que se encuentran en el casco antiguo y el jardín público más antiguo de Europa. En ella nos toparemos con dos columnas romanas con la imagen de Hércules, en honor al fundador de la ciudad. No muy lejos, encontraremos el Arco de la Macarena, la Basílica de la Macarena y la sede del Parlamento Andaluz.
Por supuesto, no podremos irnos de Sevilla sin disfrutar de las tapas y del ambiente de los bares. La zona de la plaza del Salvador es el centro vital de la ciudad, donde se encuentran los bares y zonas de ocio.
No se admiten más comentarios