Francia destaca por una gran cantidad de maravillas, entre ellas la Tour Eiffel, pero hay muchas otras que no son tan conocidas por los turistas y esas son sus castillos. En Francia hay cientos de ellos y muchos merecen una visita, aunque sea para recordar aquellas películas Disney de nuestra infancia, ya que algunos de ellos fueron inspiración para el señor Walt Disney. Lo mejor que puedes hacer es visitarlos y ver cómo se sentía Aurora, la joven protagonista de ‘La bella durmiente’, cuando abría la ventana por las mañanas y divisaba el bosque.
El más conocido por todos es el Palacio de Versalles, en él tenían residencia los reyes en siglos pasados. Ahora es un espacio para la visita de los turistas. Su interior es muy ostentoso, con abundancia del rojo y de las alfombras de terciopelo, al más puro estilo francés. Se parece al Palacio Real madrileño, pero el doble de cargado. Para aquellos que les guste el ‘glamour’ y el estilo de vida parisino, éste es su castillo, en el que el turista se sentirá como un verdadero rey.
A lo largo de los más de 1.000 kilómetros del río Loira, se encuentra una ruta de castillos que uno no puede perderse si decide que su destino vacacional es la ciudad del amor. Habría más de 200 castillos, desde los menos llamativos hasta aquellos que captarían a cualquier turista que aprecie un mínimo la arquitectura renacentista. Algunos de los más importantes serían:
1. Castillo de Chambord. Mezcla los estilos tradicionales medievales con lo más clásico de Italia. Es el castillo más grande del Loira.
2. Castillo de Gien. Se le considera el corazón turístico de la ruta Jacques-Cœur y se encuentra en el centro de Francia.
3. Castillo de Talcy. Su estilo es renacentista y lo compró el Estado a cambio de que no se tocará nada de su interior.
4. Castillo de Beauregard. No está habitado y se permite la entrada a los turistas, para que puedan admirar los más de 300 cuadros de personajes históricos que hay en su interior.
5. Castillo de los duques de Bretaña. Se encuentra en la ciudad de Nantes y fue la residencia de los duques de Bretaña, además de ser una fortaleza medieval. En la antigüedad se reformó y adaptó a las técnicas de artillería y hace unos pocos años se rehabilitó para que los turistas pudieran conocer su interior.
Además de la Ruta del Loira que cuenta con cientos de castillos, éstos están repartidos no solo por el río, sino por todo el país. El turista puede encontrar atractivo visitar el Castillo de Perpiñán que es uno de los monumentos más importantes de la localidad. Antes su función era la de prisión y la de puerta de la ciudad. En su interior cuenta con dos castillos, uno grande y otro pequeño, de ahí que su otro nombre sea Castillo menor. Su visita te hará sentirte como un auténtico guerrero protegiendo las murallas de la ciudad allá por el siglo quince.
¿A qué no sabías…?
Cada país tiene su historia y sus misterios, y Francia no podía ser menos. Los reyes creían que el poder de un país se medía por la cantidad de posesiones de cada uno, en lugar de por su ejército, por ello hay tantos castillos y tanto belleza y riqueza en ellos, era su forma de demostrar que tenían más dominio y autoridad que sus contrarios. La belleza de los Castillos del Loira hizo que se convirtieran en Patrimonio de la Humanidad por la Unesco hace 16 años, en el 2000. Lo que hace más imprescindible su visita.
Los cuentos parten de una inspiración y en este caso ‘La bella durmiente’ se inspiró en el Chateau d´Useé, al menos eso cuentan las lenguas. Y es que el castillo de la película infantil tiene una gran semejanza con el real: cerca de un río, en una colina y con vistas al bosque. En la película Aurora se asomaba a la ventana mientras los pajaritos le cantaban para armonizar su jornada, tú puedes sentirte del mismo modo si acabas en este inmenso palacio.
Algunos de sus castillos, como el de Chaumont han pasado de ser fortalezas para proteger sus murallas, a actuales museos en los que los visitantes pueden disfrutar de la historia.
Disfruta de la ruta y de cada castillo, nunca sabes si entre palacio y palacio puedes encontrar al príncipe que andabas buscando.
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