¿Te han dado una beca Erasmus? ¿Vas a trabajar fuera? ¿Vas a encontrarte a ti mismo a lo «Come, reza, ama» viviendo en el extranjero? ¿No te fías del correo postal para enviar tus pertenencias? Todas estas situaciones tienen un denominador común, mucho equipaje, y por lo general poco dinero para coger un taxi desde los lejanos aeropuertos hasta el centro. Esto desemboca en una sencilla cuestión: ¿Cómo sobrevivo yo sol@ con dos maletas y equipaje de mano en el metro /tren de quién sabe dónde?
Ve con seguridad
Lo de que los animales huelen el miedo de sus presas se aplica también a los ladrones. No vayas con miedo porque atraerás más la atención de carteristas! Ve tranquilo, despacio y sabiendo dónde vas, ni más ni menos. Aunque no tiene por qué pasar nada raro, lo más inteligente es hacer las cosas con sentido común, escucha al Pepito Grillo de tu cabeza y no tendrás problemas, y evidentemente, te recomendamos estar alerta y pendiente de tus pertenencias en todo momento, mejor pecar de sobreprotector (con mesura, por favor) que de ingenuo.
Lo más valioso siempre a mano
Algunos lo encuentran antiestético, pero la riñonera, bolso bandolera en talla mini o complementos de este estilo pueden serte de mucha ayuda si tienes que tener las manos ocupadas en este tipo de situaciones. Mete el móvil, cartera, dinero y todo lo que tengas de valor en estas prendas o bien en bolsillos internos del abrigo, que queden lejos de la vista ajena. Así tendrás todo a mano a la hora de pagar, mirar la hora o consultar un mapa y no tendrás que abrir y cerrar mochilas y bolsos desatendiendo el resto de equipaje. Aunque parezca absurdo, hay mucha gente que se aprovecha de los turistas o de personas distraídas mirando el plano del tren o intentando comprar un billete, no caigas en este truco!
Familiarizarse con el transporte
Antes de viajar al destino intenta mirar en internet o en la oficina de turismo de tu ciudad información sobre el transporte: el plano, los tipos de transporte que hay, si hay trasbordos, tipos de billete, etc. Es obvio que al principio todo es complicado, pero si vas preparado ahorrarás mucho tiempo y esta situación se aligerará, además que evitarás equivocarte de parada o de líneas y esta incómoda situación pasará más rápido.
Fuerza y honor
Como podrás comprobar muy pronto, muchas estaciones de metro, tren o autobús no tienen escaleras mecánicas. Esto parece una tontería hasta que llegas con 40 kg de equipaje y te preguntas: ¿y ahora qué?. Solo te queda la fuerza y la paciencia, a los pocos tramos de escaleras superados ya serás todo un profesional y sentirás que has triunfado por el simple hecho de llegar a tu alojamiento. Te recomendamos ir despacio para evitar que se te caiga algo y sobre todo paciencia, que todo llegará, incluso la salida del metro. Además, puedes tener la inmensa suerte de encontrarte con lugareños simpáticos que te ayuden (aunque no suele pasar).
Inteligencia en el equipaje hoy, agradecimiento eterno mañana
Si ya sabes que vas a tener que enfrentarte a esta situación, lo mejor es prevenir posibles disgustos futuros con un poco de ingenio ahora. No te recomendamos llevar más de una maleta de ruedas grande, ya que te resta movilidad y te ocupa las dos manos, lo que es muy aparatoso. Lo mejor es utilizar una maleta de ruedas y una mochila tipo bolsa de viaje, macuto, etc que puedas llevar a la espalda y te dé más libertad, y por supuesto, vigila el peso o terminarás sin brazos y/o espalda.
Ilusión y mente abierta
Después de llevar a cabo estos consejos, disfruta! Estás en otro país viviendo una experiencia inolvidable, disfruta del camino y de todas las pequeñas anécdotas que vas a poder contar a tu vuelta. Mantén siempre la mente abierta, ya que no estás en casa y tienes que integrarte en las costumbres del país o ciudad y sobre todo, aprende. Recuerda que cada cosa «mala» que te pueda pasar debes tomártela como una lección para el futuro, ya que viajar es un constante aprendizaje!
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