A medio camino entre Valencia y Alicante, la ciudad de Benidorm no necesita presentación. Todo el mundo sabe que Benidorm es uno de los destinos turísticos por excelencia para visitar y disfrutar de la Costa Blanca mediterránea durante el verano, y es que motivos para ello no faltan: Benidorm lo tiene todo, playas, ambiente veraniego, confort para toda la familia, multitud de actividades y posibilidades tanto para los más mayores como para los más pequeños de la casa… Benidorm es un destino perfecto para los que quieren visitar lo que una ciudad playera de la Costa Blanca significa.
Gran variedad turística
Ubicada en la Marina Baja, dicen que Benidorm es toda una ciudad cosmopolita, y aunque su población es relativamente escasa -poco más de sesenta mil habitantes-, es la ciudad con más rascacielos por habitante de todo el mundo y en verano su población llega casi a multiplicarse por diez. Pero Benidorm no es solo un destino que visitar durante pleno verano, sino también una ciudad turística apta para pasar unas estupendas vacaciones en cualquier época del año, y aprovechar de esta manera la temporada baja para disfrutar también de sus playas, su vida nocturna, y también de toda la oferta turística que ofrece. Alrededor de Benidorm, ubicada en un lugar perfecto resguardad del invierno, se ubican dos enclaves naturales muy importantes: Parque Natural de la Sierra Helada, Puig Campana y el Tossal de la Cala protegen la ciudad, y hacen que en una pequeña extensión sobre la que se asienta la ciudad, se pueda vivir un pequeño verano incluso en época de invierno.
Turismo para aprovechar al máximo
Las playas de Benidorm hablan por sí solas. Divididas mayormente en Levante y Poniente, cada una ofrece un ambiente muy diferente al de la otra y está enfocada a diversas maneras de hacer turismo. la Playa de Levante es mucho más turística y orientada a quienes buscan visitar Benidorm para ir de fiesta y aprovechar el ocio y ocio nocturno. A la espalda de la playa, se encuentra el paseo marítimo de Benidorm y los cientos de bares, restaurantes, zonas de ocio… es un ambiente para todo tipo de turistas, desde grupos de amigos que llegan para pasarlo bien, hasta para familias o recién casados. En la Playa de Levante es imposible aburrirse, ya que la vida nunca se detiene y menos aún en verano, cuando funciona las veinticuatro horas del día a pleno rendimiento. Por otra parte, la Playa de Poniente ofrece un ambiente mucho más distendido y con menos masificación, y por su ubicación es perfecta para disfrutar de las puestas de Sol. Ambas cuentan con una arena fina y blanca y unas aguas cálidas con el sello del Mediterráneo. Yendo más allá, existen también pequeños tesoros en forma de calas, mucho más resguardadas: Cala la Almadrava, Cala Tio Ximo y Cala Mal Pas, son las más conocidas, cada una con sello único y en un ambiente de plena naturaleza diferente al resto.
Un entorno natural imprescindible
Más allá de la zona costera turística, de las fiestas y del ambiente playero, Benidorm ofrece también un entorno en plena naturaleza que merece la pena visitar y también descubrir. El Tossal de la Cala es un atractivo turístico en forma de cerro que se enclava a orillas del mar en el sudoeste de Benidorm, con una altura de hasta cien metros de altura que incluye restos arqueológicos de otras épocas y una manera diferente de visitar la costa de Benidorm. Sin embargo, el verdadero núcleo de turismo rural se sitúa en la Sierra Helada. Este Parque Natural se sitúa desde Benidorm hasta Alfaz del Pí y a orillas del Mar Mediterráneo muestra incluso la nieve en épocas invernales. Flora y fauna autóctona, y también una riqueza marina muy importante, hacen de Sierra Helada un destino idóneo para alternar con la vida turística e intensa de Benidorm, y a solo un pequeño recorrido. Mención especial a Puig Campana, montaña que cuenta con casi mil quinientos metros de altura y relativamente cerca de Benidorm, también con sello propio y con mucho que ofrecer a los amantes de la naturaleza: senderismo, rutas guiadas en bicicleta…
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